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Manga 91 Dragon Ball Super - Review español

Normalmente soy una persona que sabe encontrar el lado positivo de las cosas, y trata de valorar con bastante prudencia todo lo negativo. Sin embargo, amigos míos, creo firmemente que el Manga 91 de Dragon Ball Super es uno de los episodios más lamentables de los últimos años.

Aún así, en este análisis, resumen y opinión del capítulo, además de explicar mi postura, repasaremos los detalles más importantes, los más polémicos, y lo más importante de todo, buscaremos brotes verdes a los que agarrarnos en busca de un futuro más esperanzador con Dragon Ball Super.

Manga 91 Dragon Ball Super

Y es que si hay una muestra inequívoca del descenso brusco de interés que hay entre el fandom de Dragon Ball con la trama actual, es el número de personas que se pasaron por el ya clásico directo mensual de nuestro canal leyendo el manga.

Fue muy interior a la media y, en realidad, que despierte menos interés no significa necesariamente que el capítulo o la trama sea mala, ¿verdad?

Pues así es, salvo que en este caso creo que sí que hay motivos de peso para pegarle un tirón de orejas a Shueisha, Toriyama, Toyotaro, o el responsable que haya detrás de semejante despropósito.

Sabíamos desde el principio que íbamos a vivir una suerte de remake o adaptación de la película Super Hero, que de hecho comenzó a abrir boca con la corta precuela de Trunks y Goten haciendo de saiyaman.

Habían sido tres meses tranquilos pero relativamente divertidos, cumpliéndose aquello de que, a pesar de que el interés había disminuido, la trama seguía siendo divertida y estimulante al presentar más desarrollo de los saiyajin híbridos.

Pero hete aquí que la precuela terminó abruptamente, y lo siguiente que venía, el Manga 91 de Dragon Ball Super, era irremediablemente una reinterpretación de la película.

O al menos así lo pensábamos desde un punto de vista racional. Dado que en el pasado el manga de super ha tenido por costumbre saltarse completamente las tramas de las películas haciendo una breve mención por cumplir, el sentido común nos dictaba que podrían suceder dos cosas ahora:

O bien que se quitase de encima la película casi de idéntica forma, pasando ya a un nuevo arco argumental desconocido, o bien que Toyotaro aprovechase la ocasión, para rellenar huecos, arreglar fallos, y expandir la trama con escenas nunca vistas en el cine.

Por poner un ejemplo, esperábamos ver el entrenamiento de Gohan aprendiendo el makankosappo, y que su actitud con respecto al entrenamiento fuera ligeramente diferente, puesto que en el manga nunca dejó de entrenar y tenía una mentalidad mucho más estable y madura.

También asumíamos que era muy probable ver el reclutamiento de Broly con pausa y calma, y algo de Freezer y sus planes ocultos tras alcanzar la fase Black.

Y aunque es muy cierto que todavía estamos a tiempo de arreglar todas estas cosas, o al menos maquillarlas, lo visto en este Manga 91 de Dragon Ball super parece que nos conduce irremediablemente, a un calco casi absoluto de escenas y diálogos con la película, sin añadir prácticamente nada nuevo y relevante.

De hecho los errores lejos de corregirse están aumentando, por lo que no descartaría que incluso volvamos a gozar con Son Goku siendo desconocedor de lo que significa meditar en un entrenamiento.

Todo eso es desolador, pero no lo es menos comprobar que, en las pocas escenas ampliadas o modificadas ligeramente con respecto a la película, lo único que hemos es humillar al terrícola seguramente más poderoso del universo Dragon Ball.

Hablo de Krilin, sí. Hablo de un personaje que, a estas alturas, probablemente no tendría grandes problemas en destruir un planeta y que, de hecho, podría superar muy probablemente a Vegeta en su primera llegada a la tierra.

Ese que se ha ganado las mofas del público por sus supuestas muertes infinitas pero que, a fin de cuentas, es uno de los guerreros z más serios, valientes y comprometidos de la trama.

Se hizo policía en lo que probablemente sea un movimiento natural, pues aprovecha sus poderes mientras es un hombre de bien que trae dinero a su casa, pero no por ello deja de ser un artista marcial de alto nivel.

La escena de la abeja Hachimaru es un insulto disfrazado de humor. De un humor que casualmente recae en el que menos lo merece, y con una forma de actuar que dista mucho de lo que sus capacidades le permiten.

Sin ir más lejos, que decidiera utilizar su arma de fuego contra la abeja y le acertase, pero que luego sus puñetazos (muchísimo más rápidos) no sirvieran de nada, es un ejemplo innegable de que todo estaba diseñado para convertir al personaje en el meme del capítulo.

No utilizó siquiera una simple ráfaga de ki para deshacerse de un insecto androide que, por muy fuerte que quieran decir los defensores de la escena que puede ser, no deja de ser un robot espía y por ende no hay ningún motivo para asumir que cuenta con un poder superior a, por ejemplo, los androides alfa y beta de capítulos pasados.

De hecho Hachimaru fue nerfeado, ya que en la película su picotazo era mortal para cualquier ser con partes biológicas, y en el manga sencillamente te deja fuera de combate si te pica.

Pero ni así quedó fuera de combate Krilin. Lo hizo con un ataque placaje cual pokémon de tipo bicho; y ya está, adiós al terrícola más poderoso.

A ti te gustan estas escenas de Krilin? Lo respeto, para gustos pezones, pero a mi personalmente me parecen innecesarias y una forma de abrir todavía más brecha tanto de poderes como de respeto, entre Goku, vegeta y el resto de guerreros z.

Y hablando de guerreros z, de nuevo lo poco rescatable del futuro que está por venir es Pan. Se mostró valiente, emuló a toda su familia cayendo por un barranco, y parece que tiene un potencial que quizás y solo quizás, podría ser superior al de su padre que ya es inimaginable.

Sea como fuere, de nuevo fue un calco casi absoluto de lo visto en la película. Nada realmente refrescante como para que merezca la pena rehacer la historia.

Lo irónico de la situación es que durante años, muchos fans (yo no me incluyo) han gritado y peleado para que en el manga se adaptaran las películas. A mi me parecía innecesario volver a ver lo mismo si no aplicaban cambios de peso, y eso es justo lo que está sucediendo.

En total, en el capítulo hay dos saltos temporales de 3 y 6 meses respectivamente, lo que suman 9 meses desaprovechados para enseñarnos hechos interesantes.

Sí que hubo algunos pequeños cambios que es interesante mencionar, pues han de cambiar acontecimientos menores de la película.

El hecho de que Krilin sepa plenamente lo que trama la Red Ribbon, conozca al doctor hedo, sus creaciones androides y vaya detrás de él, implica que en el enfrenamiento contra Cell Max ya no podrá parecer un desconocido que llega a la batalla sin saber lo que ocurre.

No parece que tenga en realidad ninguna importancia, dado que, si es derrotado por el bicho, al final que sepa o no sepa nada no cambiará su actuación en la pelea que, por otra parte, en la película fue absolutamente memorable, ayudando mucho más que otros con más poder.

En cuanto a Piccolo. Nada nuevo para el fotosintético, mismas escenas entrenando con meditación, mismos gags humorísticos yendo a buscar a Pan, mismo enfado con Gohan que de nuevo le han aplicado el reseteo de Ash Ketchum.

Da igual que haya aprendido mil millones de trillones de veces que debe mantenerse en forma por lo que pueda pasar. Da igual que en el manga desde la saga de Black se aplicara el cuento, estando siempre disponible aunque no a full power, sí en un estado decente. Así lo vimos en la saga de Moro sin ir más lejos.

Todo eso da igual, porque existe un tufillo extremadamente desagradable en este manga, que nos hace sospechar de la poca o nula capacidad de improvisación que va a tener Toyotaro con esta trama.

Y digo tufillo porque conociendo al mangaka, me parece rarísimo que no haya modificado más cosas para que encajen más coherentemente con su propia versión de Dragon Ball Super.

Me da la sensación de que desde bien arriba, alguien ha ordenado que se mantenga muy muy fiel al guion de Toriyama de Super Hero, independientemente de si eso crea errores, agujeros argumentales y , sobre todo, genera hastío y desilusión entre el fandom.

Pero al principio del análisis dije que también trataríamos de buscar brotes verdes de esperanza, ¿no? Vamos a intentarlo.

Vamos a tener fe en que todavía pueden enderezarse las cosas. En que Krilin puede reaccionar tras su pequeño despiste, y realizar una actuación digna del policía más poderoso de la tierra. Recemos porque el reclutamiento de Broly aparezca más pronto que tarde, y que la pelea de Goku y Vegeta se repita mencionando el ultra ego, el ultra instinto, y sin la tontería de que Goku no sabe meditar.

Apostemos fuere por una pequeña subtrama de Freezer iniciando su maquiavélico plan contra los saiyajin, y quien sabe si para asaltar el dominio universal de los dioses.

Y también miremos bien fuerte a los ojos de Gohan, con la esperanza de que nos muestren un entrenamiento serio y real, que le dé más lógica y sentido a su forma bestia.

Y cuándo llegaremos a eso último? Pues al ritmo que van, calculo que la saga podría estar finiquitada en tres, cuatro o cinco capítulos. Más de eso me sorprendería.

Hasta entonces también parece que nos podemos olvidar de Goten y Trunks, quienes también deberán actuar distinto cuando vean de nuevo al doctor Hedo y sus androides.

Yo personalmente y creo que por primera vez en la historia de los análisis del manga, le otorgo al capítulo 91 un insuficiente, un 3 o un 4 máximo. No aportó nada, humilló innecesariamente a Krilin, calcó descaradamente la película sin personalidad propia, y además no vimos ninguna escena paralela como cabría esperar de una oportunidad así.

Sigamos con fe amigos, pues a fin de cuentas Dragon Ball también tiene derecho a no darnos felicidad constantemente.

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